Indice - Literatura
1. GENERALIDADES
Un problema que se plantea al momento de estudiar la literatura del antiguo Perú es la falta de fuentes escritas directas que nos permitan, con toda seguridad, apreciar las diferentes manifestaciones literarias que cultivaron los antiguos peruanos. Sólo sabemos de esta literatura gracias a los testimonios recogidos por los cronistas en la época de la conquista, entre ellos Pedro Cieza de León, Sarmiento de Gamboa, Francisco de Ávila, Juan Santa Cruz Pachacuti y, sobre todo, el Inca Garcilaso de la Vega.
Otro problema que se presenta es determinar, en forma, clara los conceptos de:
- Literatura Prehispánica,
- Literatura Incaica y
- Literatura Quechua.
Cuando hablamos de Literatura Prehispánica, nos referimos a aquellas manifestaciones literarias que se desarrollan en nuestro territorio hasta antes de la llegada de los españoles. Esta literatura comprende tanto la Literatura Preincaica como la Incaica.
Literatura Incaica es aquella literatura que se desarrolla en el periodo de tiempo en que florece el Imperio Incaico (1440 - 1532). La literatura anterior a este periodo forma parte de la Literatura Preincaica, dentro de ella ubicaríamos, por ejemplo, la Leyenda de Naylamp, que explica el origen de la Cultura Chimú.
Finalmente, la Literatura Quechua es aquella literatura compuesta en lengua quechua, es decir "runa-simi" (la lengua de la gente común), sin importar la época en la que se desarrolle. Así tenemos: Literatura Quechua en el tiempo de los incas, Literatura Quechua en la colonia, Literatura Quechua republicana y Literatura Quechua en nuestra época contemporánea.
Establecidos así los conceptos, pasemos a hacer un breve estudio sobre la literatura que se desarrolló en tiempos de los incas.
1. DEFINICIÓN
Se denomina Literatura Incaica al conjunto de manifestaciones literarias que se desarrollan en el antiguo Perú, durante la vigencia del Tahuantinsuyo, hasta antes de la llegada de los españoles. Esta literatura expresa el modo de vida y la cosmovisión que tenía el hombre andino. Cronológicamente, se ubica entre los siglos XV y XVI (1440 - 1532).
2. CARACTERÍSTICAS
- Es una literatura oral que se trasmitió de generación en generación hasta que fue trasladada a la escritura.
- Es anónima: se desconocen los autores de esta literatura.
- Es colectivista: se cultivaba de manera grupal.
- Es agrarista: los temas y personajes están vinculados al campo, a la naturaleza y la agricultura.
- Es animista: concibe a la naturaleza como un ser viviente en el que cada componente tiene un espíritu y en el que el hombre sólo es un elemento más.
- Es musical: concibe música, poesía y danza como una sola actividad.
- Es clasista; existieron dos tipos de literatura: literatura oficial o cortesana y literatura popular.
3. CLASES
a) Literatura Oficial o Cortesana. Fue cultivada por los amautas. Tuvo un carácter religioso y solemne.
Dentro de este tipo de literatura, se ubican los grandes mitos y leyendas incaicas que intentan explicar el origen del universo y la fundación del Cusco. Además tenemos los hayllis sagrados y los ayataquis.
b) Literatura Popular. Fue cultivada por los haravicus. Tuvo un carácter amoroso y agrarista. Dentro de la literatura popular, encontramos los harawis, los huacan-taquis, los aymorays, los urpis y los cacharparis.
4. GÉNEROS LITERARIOS
En realidad es inadecuado hablar de "géneros", en el sentido clásico del término, cuando nos referimos a la literatura prehispánica americana, debido a que esta cultura aborigen se desarrolla completamente ajena de las clasificaciones occidentales; sin embargo, por cuestiones metodológicas, se suele clasificar en géneros a la producción literaria autóctona por semejanzas temáticas y estructurales. Así, tenemos:
A. La Épica Incaica
Se compone de mitos y leyendas, en los que desfilan deidades creadoras y transformadoras, así como hombres excepcionales que configuran las distintas civilizaciones que ocuparon esta parte del mundo antes de la llegada de la civilización occidental. Los mitos y leyendas del antiguo Perú estuvieron orientados a dar explicación de acontecimientos históricos que fundamentaban el nacimiento de un nuevo pueblo o cultura y el surgimiento de ciertas deidades a quienes se consagraba la adoración.
Según Tamayo Vargas, podemos clasificar los mitos y leyendas en dos grandes grupos:
a.1 Mitos y leyendas serranos
- La Leyenda de Manco Capac y Mama Ocllo:
Recogida por el cronista mestizo Inca Garcilaso de la Vega en la cual se explica la fundación del Cusco a través de la historia de una pareja: Manco Capac y Mama Ocllo, salidos del Lago Titicaca y enviados por el dios Sol, con la finalidad de fundar una ciudad que será el centro del gran Imperio Incaico. El Sol le entrega a Manco Capac una barreta de oro y le indica que donde se hundiera la barreta sería el lugar propicio para fundar el Cusco. Después de caminar cuarenta días, la barreta se hunde en el cerro Huanacaure y es allí donde se funda la mencionada ciudad.
- La Leyenda de los hermanos Ayar:
Recogida por el cronista español Juan de Betanzos y llamada también Mito de Pacaritampu. En esta leyenda, se presenta la historia de cuatro hermanos: Ayar Manco, Ayar Cachi, Ayar Uchu y Ayar Auca, que salen del cerro Tamputoco, cerro Pacaritampu o cerro de Las Cuatro Ventanas, acompañados de sus respectivas mujeres. Son enviados por el dios Sol con la finalidad de fundar el Cusco. Finalmente, los hermanos se van relegando y sólo Ayar Manco llega a fundar el Cusco.
a.2 Mitos y leyendas costeños:
- El mito de Wiracocha: Explica el origen del universo por parte de esta deidad suprema, que en un primer inicio tuvo su adoración en la costa y posteriormente fue trasladada a la sierra. Para los incas, Wiracocha era el dios Creador y por lo tanto la deidad suprema.
- El mito de kon: Para los antiguos peruanos, el dios kon era una deidad destructora. Este dios encargó destruir todo lo existente en la costa peruana, de allí que esta región de nuestro país sea tan árida y desértica.
- El mito de Pachacámac: Este mito intenta explicar la reforestación y reverdecimiento de la costa, después de la destrucción del dios Kom; es por ello que para los antiguos pobladores de la costa, Pachacamac era el dios de la fertilidad.
- El mito de Vichama: Este es un mito que explica el origen de los frutos de la costa peruana a través de la destrucción de un recién nacido y cuyos miembros fueron convertidos en algún fruto.
B. La Lírica Incaica
La lírica está íntimamente ligada con la música y también se divide entre la poesía que cultiva la nobleza y la que cultiva el pueblo en sus fiestas mayoritariamente agrícolas. Cada tipo de actividad tiene una forma específica de canto lírico. Tenemos las siguientes especies:
b.1 Haylli: Canto de triunfo y entusiasmo de origen cortesano. Se clasifica por temas religioso, heroico y agrícola. Ejemplo:
Tijsi Wiracocha
Tijsi Wiracocha,
túkuy rúraj,
súnqoy tutallapi
qori ráuraj.
Kusi ñawillay kin
paqarichun,
qoñi samayñiykin
wayrarichum.
Khúyak makillaykin
masttakuchun
wiñay atiykiykin
tikakuchun.
Tijsi Wiracocha
Dios, origen del universo,
creador de todo
oro que arde tan sólo entre la noche
del corazón.
Que alegría de tus ojos
venga en el alba,
que el calor de tu aliento
venga en el viento.
Que tu mano magnánima
siempre se extienda
y que tu sempiterna voluntad
sea la única que florezca
b.2 Harawi: Canto lírico de tema sentimental, amoroso, melancólico. Ejemplos :
Morena mía,
morena,
tierno manjar, sonrisa
del agua,
tu corazón no sabe
de penas
y no saben de lágrimas tus ojos.
Porque eres la mujer más bella,
porque eres reina mía,
porque eres mi princesa,
dejo que el agua del amor
me arrastre en su corriente,
dejo que la tormenta
de la pasión me empuje
allí donde he de ver la manta
que ciñe tus hombros
y la saya resuelta
que a tus muslos se abraza.
Cuando es día, ya no puede
llegar la noche;
de noche el sueño me abandona
y la aurora no llega.
Tú reina mía,
señora mía,
¿ya no querrás
pensar en mí
cuando león y zorro vengan a
devorarme en esta cárcel,
ni cuando sepas que condenado
estoy
a no salir de aquí, señora mía?
HARAWI II
Hermosa flor eres tú,
punzante espina soy yo.
Tú eres ventura hecha vida
pesar que cunde soy yo.
Tú eres virginal paloma,
odiosa mosca soy yo.
Luna de nieve eres tú,
noche de pena soy yo.
Tú árbol frutecido,
carcomido tronco yo.
Tú eres mi sol, mi sol eres,
noche de pesar soy yo.
Tú eres vida de mi vida,
eres amor de mi amor.
Alfombra a tus pies tendida
seré eternamente yo.
Blanco helecho que despliega
su traje de verde nuevo;
vestida de blanco eres
la estrella de mi mañana.
Blanca nube, la más leve,
clara fuente de agua pura,
tú eres mi dulce engaño,
yo seré tu oscura sombra.
b.3 Aya Taqui: Canto fúnebre que lamenta la pérdida de un personaje importante de la sociedad incaica.
Ejemplo:
Apu Inca Atahualpa
Chullmi chullmi qori wantu
kkirauniyki,
Tuky ima qiri puytu
rakki rakki
Huj makipi ñakkay qotu
ttipi ttipi,
tunki tunki yuyay manaspa
sapallayku,
mana llathuyoq rikukuspa
waqasqayku,
mana pi mayman kutistispa
musphaskayku.
A tinqachu sunqoolayki,
apu inka,
kanaykuta chinkay chaki
mana kuska
¿Chiqe chiqe ujpa makinpi
sarachasqa?
Ñujñu wácchij ñawillaykita
kicharímuy,
ancha qókoq makillaykita
masttarímuy,
chay samiwan kallpanchasqata
ripuy ní way
Gran Inca Atahualpa
El límpido resplandeciente trono de
oro,
Y tu cuna;
los vasos de oro, todo,
se repartieron.
Bajo extraño imperio, aglomerados
los martirios y destruidos;
perplejos, extraviados, negada la
memoria,
solos;
muerta la sombra que protege;
lloramos;
sin tener a quien o donde volver,
estamos delirando.
¿Soportara tu corazón,
Inca,
nuestra errabunda vida
dispersada,
por el peligro sin cuento cercada, en
manos ajenas pisoteada?
Tus ojos que como flechas de
ventura herían ábrelos:
tus magnánimas manos
extiéndelas;
y con esa visión fortalecidos
despídenos.
b.4 Cacharpari: Canto de la despedida
I
¿Cierto es, paloma mía
que te has de ir
a una país muy lejano
para no retornar?
¿A quién has de dejar
en tu nidal,
y en mi tristeza a quién
he de acudir?
Y cuando sientas
que en el camino
te quema el sol,
se volverá nube mi aliento
y la frescura de su sombra
te irá a prestar.
Enséñame el camino
que has de tomar,
partiré antes que tú
y con mis lágrimas
he de regar la tierra
como la víbora, cruel,
¿Tendrás, para dejarme,
corazón?
y junto con el viento
a regalarte entre mis brazos
volaré.
En fuerte nudo nuestras vidas
atamos ya,
para que ni la muerte nos pudiera
separar.
Creíamos que por siempre
formaríamos un solo ser.
Paloma mía, que sabías
mi dolor ahuyentar,
II
El sol se apaga
ya para mí,
porque mi amada para siempre
se va,
ya nadie siente por mí un poco
de piedad.
Eras muy tierna aún,
paloma mía,
aquella vez
que al descubrirte quedé ciego
como si hubiese contemplado
de frente al sol.
Como estrellas caudales
me inundaron tus ojos
de su esplendor
y cual centellas en la noche
me hicieron mi camino
torcer.
Me prestaré el poder
de las alas del águila
para irte a ver
doquiera me halle mientras viva
serás tu
la única aurora que ilumine
mi corazón.
Cuando se encienda el Misti
piensa en mí, porque yo
siempre estaré, pensando en ti,
¿Por tu amor, hasta dónde
ya habrá llegado mi viudo
corazón?
b.5 Huacan - Taqui: Poema que le canta al ganado.
El teatro durante la época prehispánica fue el género menos desarrollado. Se tiene apenas referencias de fragmentos recogidos por diversos cronistas y versiones españolizadas de la época colonial. Entre éstas destaca sin duda El Ollantay, otros textos de origen prehispánico, pero con tratamiento hispano son El Llamallama, El Usca Páucar, etc.
En todo caso, el teatro quechua dada su precariedad ha sobrevivido a través de las danzas que hasta hoy se cultivan y que incorporan escenificaciones agrarias o guerreras.
I. TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN DEL OLLANTAY
1.1 Teoría Incaística o Prehispánica
Esta teoría es sostenida por Juan Von Tschudi, Clemente Markham y Sebastián Barranca. Arguyen estos autores que el drama fue concebido y compuesto en la época prehispánica, sin ningún tipo de influencia española.
Prueba de ello es que tanto el tema como los personajes pertenecen a la época incaica y que la lectura del drama no nos permite observar ningún elemento español.
1.2 Teoría Hispanística o Colonial
Teoría sustentada por Marcelino Menéndez y Pelayo y Bartolomé Mitre. Señalan ambos escritores que el drama fue creado en la época colonial, siguiendo los modelos del teatro español de la Edad de Oro. De allí que el drama se divida en tres actos (como los dramas españoles) y observemos la presencia del personaje gracioso (creación del dramaturgo español Lope de Vega).
1.3 Teoría Ecléctica o Intermedia
Esta teoría es sostenida por José de la Riva-Agüero y por Luis Alberto Sánchez. Sostienen estos autores que, si bien es cierto el drama fue creado en la colonia, éste se basó en una versión rudimentaria del incanato. Lo que ahora conocemos como "El Ollantay" es la reactualización colonial de un drama prehispánico.
Pachacútec Oh, nobles, ha llegado el tiempo propicio para que el ejército salga con dirección al Collasuyo, pues Chayanta está listo para caer sobre nosotros.
Ollantay Pero, ¿cómo se han de sostener esos combates? El Cusco y sus montañas se arrojarán sobre ello. Ochenta mil soldados, atentos al sonido del huáncar y el pututo, los aguardarán. En cuanto a mí, tengo apercibidas las armas.
Pachacútec No es bueno precipitarse, Ollantay. Trataremos primero de persuadirlos. No olvides que entre ellos hay muchos que aman demasiado su sangre.
Ollantay Chayanta ha tomado precauciones que denuncian naturaleza pusilánime. No ha querido salir mientras los caminos no se hallaran despejados. Ya que somos muchos los que queremos destruirlos, déjanos partir.
Pachacútec Si tan débil se revela el enemigo, ¿por qué comportarse cómo si se tratara de una feroz serpiente? No; primero los atraeréis con dulzura, sin derramar inútil sangre, sin dar muerte a nadie.
Ollantay Si así lo ordenas, así se cumplirá.
Pachacútec Id entonces.
Ollantay (Vacilante). Todo está dispuesto, señor, pero mi pecho tiembla atormentado por una tenaz obsesión.
Pachacútec Pídeme, Ollantay, el símbolo de la realeza y te lo daré.
Ollantay (Mirando significativamente a Rumí Ñahui). Quisiera hablarte a solas.
Pachacútec (Dirigiéndose a Rumí Ñahui). Valiente general de Hanansuyo, ve a tu palacio y regresa cuando te llame.
Rumí Ñahui Tu voluntad será la mía, señor. (sale)
Ollantay (Cuando Rumí Ñahui ha desaparecido, respetuoso y digno). Desde mi infancia, poderoso Inca, en la guerra te he acompañado procurando para ti la victoria. He puesto mi valor a tu servicio y te he brindado mi fortaleza para que impongas tu poder a cientos de pueblos. Por ti he dado mi sangre y mi sagacidad ha servicio de sojuzgar a tus enemigos. He sido el terror de los extranjeros y cuando sobre de ellos caí, fue como una maza de bronce.
¿Dónde ha estado Ollantay que la vida de tus adversarios que no haya sido segada? ¿A quién no ha impuesto tu nombre? He humillado a tus pies a los antis, siervos ahora de tu palacio. He vencido a los Chancas aniquilándolos sin piedad. He conquistado a Huancalhuillca poniéndola derrotada a tus plantas. ¿Dónde no ha sido Ollantay el primero en combatir? Empleando ya la persuasión, ya el rigor, consumiendo las energías y exponiendo la vida, he acrecentado tus dominios con numerosos pueblos...
Pachacútec ¿No te he premiado, Ollantay, por todo ello?
Ollantay Sí padre mío. Me has concedido esta maza y este escudo, y me has sacado de mi condición de hombre común. Tú me has hecho general de los antis y me has dado el mando de cincuenta mil guerreros. Me inclino a tus pies, señor, como tu siervo que soy, para pedirte en mérito de todo lo que te he ofrecido, que me asciendas...
Pachacútec Di lo que quieres
Ollantay Señor, concédame a Cusi Coyllur...
Pachacútec (Sereno y enérgico). ¡Ollantay, tan sólo eres hombre!
Ollantay Señor...
Pachacútec Recuerda quién has sido. Miras demasiado alto.
Ollantay Con Cusi Coyllur como luz te adoraré hasta la muerte.
Pachacútec Pero, ¿estás en tu juicio?
Ollantay ¡Quítame de una vez la vida, si me la niegas, que es como arrancarme los ojos de la cara!
Pachacútec ¡No eres tú el que puede elegir entre la vida y la muerte! ¡Sal de mi presencia! ¡Sal!.
I. GENERALIDADES
El proceso de invasión europea violenta a partir del siglo XVI significó en el aspecto cultural también una imposición de la literatura y el arte occidentales; sin embargo, a pesar de todo esfuerzo por suprimir cualquier manifestación artística, la cultura autóctona se ha mantenido hasta el presente aunque se haya valido para ello de fenómenos socioculturales como el sincretismo, por ejemplo; de modo que, aunque influido notoriamente por elementos occidentales en la actualidad podemos encontrar relatos orales que siguen circulando en el mundo andino, así como fábulas, mitos y leyendas.
En el proceso de conquista propiamente dicho, las primeras manifestaciones literarias que trajeron los españoles fueron, en la lírica, las coplas de marinero, de fuerte contenido soez, debido a que como resulta obvio, los primeros europeos que llegaron en las expediciones conquistadoras no eran precisamente gente instruida. Por otro lado, en la prosa, llegaron, confundidos entre sacerdotes (con objetivos catequizadores) y soldados (con ansias de riqueza rápida, poder y fama), gente de mediana o aceptable educación que se dedicó a registrar todos los sucesos de la conquista en la mayoría de los casos con un pretendido y muy publicitado verismo que difícilmente fue tal, ya que siempre escribieron desde su visión del "otro" con respecto de una civilización que no pudieron ni quisieron comprender cabalmente debido al prejuicio religioso que les aseguraba una misión "civilizadora". Estos registros fueron las crónicas que luego serían también realizadas por mestizos e indígenas.
II. LAS CRÓNICAS
Las crónicas son documentos en las que los conquistadores plasmaron los hechos de la conquista y parte de la historia del antiguo Perú. Las crónicas tienen un doble valor: histórico y literario. Valor histórico porque recogen parte de nuestro pasado, y literario porque son las primeras muestras escritas de la literatura peruana. La palabra "crónica" proviene de "cronos", que en tiempos de la antigua Grecia era el dios del tiempo. Las crónicas tienen su origen en la Edad Media española, por el afán que tuvieron los reyes de conservar en la memoria los acontecimientos de su reinado. Cuando los españoles llegan a nuestro continente introducen las crónicas con el objetivo de plasmar en ellas sus primeras impresiones del nuevo mundo que van recorriendo.
III. LOS CRONISTAS
Fueron los encargados de escribir las crónicas y para ello tuvieron finalidades e intereses diversos; así como también grados diferentes de instrucción. A partir de esto, se puede proponer distintos criterios para clasificarlos. En este caso, optaremos por el criterio más natural y simple: sus orígenes.
1. El principal cronista indígena del Perú.
2. En sus textos, él mismo se presenta como cacique e intérprete entre españoles e indios.
3. Su identidad verdadera es materia de investigación hasta el presente, pues se sabe que su nombre conocido es un seudónimo.
4. Además de sus narraciones en un castellano rústico y que en gran parte se ve mezclado con variantes distintas de quechua y aymara, además de otras variantes lingüísticas, destaca la serie de dibujos que se encuentran ordenados temáticamente de acuerdo con el desarrollo del texto. Estos dibujos constituyen "el primer documento gráfico de la historia del Perú.
OBRA
1. Se tiene noticias de Guamán Poma a partir del hallazgo de su crónica en 1908 en Dinamarca.
2. El destinatario de su crónica es el rey de España, ante cuya majestad se reconoce y somete.
3. La primera parte, La nueva corónica, es una historia del Tahuantinsuyo que se inicia con la creación del mundo por Dios y culmina con la conquista española y las guerras civiles. En su visión, el imperio incaico fue ilegítimo y tiránico y la llegada de los españoles marcó el fin de las herejías por traer el mensaje de Cristo.
4. La segunda parte, El buen gobierno, desarrolla el régimen colonial con abundantes descripciones del modo de vida de los indios y sus costumbres.
5. Su visión del mundo es aristocrática y reclama el retorno del poder a las castas nobles de los caciques (a la que él mismo pertenecía), mas no a la de los incas. Incluso llega a proponerse a sí mismo como gobernador - supervisor del Perú.
1. Hijo del capitán español Garcilaso de la Vega Vargas y la princesa indígena Isabel Chimpu Occllo, sobrina de Huayna Capaq.
2. Creció en el Cusco hasta 1560. Allí vivió su infancia y mocedad, entre las sangrientas guerras civiles. Se nutrió por la línea materna de tradiciones indígenas del imperio ya fenecido.
3. Gozó de privilegios de la aristocracia cusqueña a la cual perteneció. Su padre se preocupó por educarle en la cultura clásica y lo bautizó cristiano con el nombre de Gómez Suárez de Figueroa.
4. En España, sufrió discriminación por su origen indiano. Fue soldado del ejército de su majestad y participó en múltiples campañas, siendo la más importante la batalla de las Alpujarras. Llegó a ostentar el grado de capitán.
5. Retirado del ejército, se refugió en Montilla y en la tranquilidad de la vida conventual redactó sus crónicas y traducciones.
6. Falleció en Córdova, el 23 de abril de 1616.
OBRA
* 1590 : Traducción de Los diálogos de amor de León el Hebreo (Madrid)
* 1596 : Relación sobre la descendencia de Garcí Pérez de Vargas
* 1605 : La Florida del Inca.
Tiene como motivo la expedición española, encabezada por don Hernando de Soto, a la Florida
norteamericana en busca de la fuente de la eterna juventud.
* 1609 : Comentarios reales de los Incas
Narra en forma idílica los hechos del imperio fenecido. Organización política, económica, social, etc.
* 1617 : Historia general del Perú (edición póstuma) (2da parte de los Comentarios Reales)
Narra los hechos de la conquista española hasta las guerras civiles entre pizarristas y almagristas.
Muestra una visión conciliadora desde una perspectiva netamente cristiana.
LECTURA
SI HAY MUCHOS MUNDOS. TRATA DE LAS CINCO ZONAS FRAGMENTO DE LOS COMENTARIOS REALES DE LOS INCAS (INCA GARCILASO DE LA VEGA)
Habiendo de tratar del Nuevo Mundo, o de la mejor y más principal parte suya, que son los reinos y provincias del imperio llamado Perú, de cuyas antiguallas y origen de su reyes pretendemos escribir, parece que fuera justo, conforme a la común costumbre de los escritores, tratar aquí al principio si el mundo es uno solo, o si hay muchos mundos, si es llano o redondo, y si también lo es el cielo redondo o llano. Si es habitable toda la tierra o no, más de las Zonas templadas: si hay paso de la una templada a la otra; si hay antípodas y cuáles son; de las cuales y otras cosas semejantes los antiguos filósofos muy larga y curiosamente trataron, y los modernos no dejan de platicar y escribir, siguiendo cada cual la opinión que más le agrada. Mas porque no es aqueste mi principal intento, ni las fuerzas de un indio pueden presumir tanto; y también porque la experiencia, después que se descubrió lo que llaman Nuevo Mundo, nos ha desengañado de la mayor parte de estas dudas, pasaremos brevemente por ellas por ir a otra parte, a cuyos términos finales temo no llegar; mas, confiado en la infinita misericordia, digo que a lo mejor se podrá afirmar que no hay más que un mundo, y aunque llamamos Mundo Viejo y Mundo Nuevo es por haberse descubierto éste nuevamente para nosotros, y no porque sean dos, sino todo uno. Y a los que todavía imaginaren que hay muchos mundos, no hay para qué responderles, sino que se estén en sus heréticas imaginaciones hasta que el infierno les desengañe dellas. Y a los que dudan, si hay alguno que lo dude, si es llano o redondo, se podrá satisfacer con el testimonio de los que han dado vuelta a todo él, o a la mayor parte, como los de la Nao Victoria, y otros que después acá le han rodeado. Y a lo del cielo, si también es llano o redondo, se podrá responder con las palabras del real profeta: Extendens coelum sicut pellem, en las cuales no quiso mostrar la forma y hechura de la obra, dando la una por ejemplo de la otra, diciendo: que extendiese el cielo así como la piel, esto es, cubriendo con el cielo este gran cuerpo de los cuatro elementos en redondo, así como cubriste con la piel en redondo el cuerpo del animal: no solamente lo principal dél; mas que afirman que de las cinco partes del mundo que llaman Zona no son habitables más de las dos templadas, y que la del medio, por su excesivo calor, y las dos de los cabos, por el demasiado frío son inhabitables, y que de la una Zona habitable no se puede pasar a la otra habitable, por el calor demasiado que hay en medio, puedo afirmar, demás de lo que todos saben, que yo nací en la Tórrida Zona, que es en el Cozco, y me crié en ella hasta los veinte años, y he estado en la otra Zona Templada, de la otra parte del Trópico de Capricornio, a la parte del Sur, en los últimos términos de los Charcas, que son los Chichas; y para venir a estotra templada de la parte del Norte, donde escribo esto, pasé por la Tórrida Zona y la atravesé toda, y estuve tres días naturales debajo de la línea equinoccial, donde dicen que pasa perpendicularmente, que es en el cabo de Pasau; por todo lo cual digo que es habitable la Tórrida también como las templadas. De las Zonas frías quisiera poder decir, por vista de ojos, como de las otras tres: remítome a los que saben dellas más que yo. A lo que dicen que por su mucha frialdad son inhabitables, osaré decir con los que tienen lo contrario que también son habitables como las demás; porque en buena consideración no es de imaginar, cuanto más de creer, que partes tan grandes del mundo las hiciese Dios inútiles, habiéndolo criado todo para que lo habitasen los hombres; y que se engañan los antiguos en lo que dicen de las Zonas frías, también como se engañaron en lo que dijeron de la Tórrida, que era inhabitable por su mucho calor. Antes se debe creer que el Señor, como padre sabio y poderoso, y la naturaleza como madre universal y piadosa, hubiesen remediado los inconvenientes de la frialdad con templanza de calor, como remediaron el demasiado calor de la Tórrida Zona con tantas nieves, fuentes, ríos y lagos como en el Perú se hallan, que la hacen templada de tanta variedad de temples; unas que declinan a calor, y a más calor, hasta llegar a regiones tan bajas, y por ende tan calientes, que por su mucho son casi inhabitables, como dijeron los antiguos della. Otras regiones que declinan a frío, y más frío, hasta subir a partes tan altas, que también llegan a ser inhabitables, por la mucha frialdad de la nieve perpetua que sobre sí tienen, en contra de lo que de esta Tórrida Zona los filósofos dijeron, que no imaginaron jamás que en ella pudiese haber nieve, habiéndola perpetua debajo de la misma línea equinoccial, sin menguar jamás, ni mucho, ni poco, a lo menos en la Cordillera grande, si no es en las faldas o puertos della. Y es de saber que en la Tórrida Zona, en lo que della alcanza el Perú, no consiste el calor ni el frío en distancia de regiones, ni en estar más lejos ni más cerca de la equinoccial, sino en estar
más alto o más bajo en una misma región, y en muy poca distancia de tierra, como adelante se dirá más largo. Digo, pues, que a esta semejanza se puede creer que también las zonas frías están templadas y están habitables, como lo dicen muchos graves autores, aunque no por vista vista y experiencia, pero basta haberlo dado a entender asimismo Dios cuando crió al hombre y le dijo: «Creced y multiplicad, y henchid la tierra y sojuzgadla»: por donde se ve que es habitable, porque si no lo fuera, ni se podría sojuzgar, ni llenar de habitaciones. Yo espero en su omnipotencia que a su tiempo descubrirá estos secretos (como descubrió el Nuevo Mundo) para mayor confusión y afrenta de los atrevidos que con sus filosofías naturales y entendimientos humanos quieren tasar la potencia y sabiduría de Dios, que no pueda hacer sus obras más de como ellos las imaginan, habiendo tanta disparidad de un saber al otro cuanta hay de los finito a lo infinito, etc.
Los Tesoros de Catalina Huanca LEYENDA PREHISPÁNICA
Los Huancas o indígenas del valle del Mantaro continúa a principios de siglo XI, una tribu independiente y belicosa, a la que el Inca Pachacútec logró, después de fatigosa campaña someter a su imperio, aunque reconociendo por cacique a Oto Apu-Alaya y declarándole el derecho de transmitir título y mando a sus descendientes.
Prisionero Atahualpa, envió Pizarro fuerzas al riñón del país, y el cacique de Huancayo fue de los primeros en reconocer el nuevo orden de gobierno, a trueque de que respetasen sus antiguos privilegios. Pizarro que, a pesar de los pesares, fue sagas político, aprecio la conveniencia del pacto; y para más halagar al cacique e inspirarle mayor confianza, se unió a él por un vínculo sagrado, llevando a la pila bautismal, en calidad de padrino, a Catalina Apu-Alaya, heredera del titulo y dominio.
El pueblo de San Jerónimo, situado a tres leguas castellanas de Huancayo y a tres kilómetros del convento de Ocopa, era por entonces cabeza del cacicazgo.
Catalina Huanca, como generalmente es llamada la protagonista de esta leyenda, fue mujer de gran devoción y caridad.
Calcúlase en cien mil pesos ensayados el valor de los azulejos y maderas que obsequió para la fabrica de la iglesia y convento de San Francisco; y asociada al arzobispado Loayza y al obispo de la plata Fray Domingo de Santo Tomás, edificó el hospital de Santa Ana. En una de las salas de este santo asilo contemplase el retrato de Doña Catalina, obra de pincel churrigueresco.
Para sostenimiento del hospital dio, además, la casita fincas y terrenos de que era en Lima poseedora. Su caridad para con los pobres, a los que socorría con esplendidez, se hizo proverbial.
En la real caja de censos de Lima estableció una fundación cuyo producto debía emplearse en pagar parte de la contribución correspondiente a los indígenas de San Jerónimo, Mito, Orcotuna, Concepción, Sincos, Chupaca y Sicaya pueblecitos inmediatos a la capital del cacicazgo.
Ella fue también la que implantó en esos siete pueblos la costumbre, que aún subsiste, de que todos los ciegos de esa jurisdicción se congreguen en la festividad anual del patrón titular de cada pueblo y sean vestidos y alimentados a expensas del mayordomo, en cuya casa se les proporcionen, además alojamiento. Como es sabido, en los lugares de la sierra esa fiesta dura de 8 a 15 dias, tiempo en que los ciegos disfrutan de festines, en los que la pachamanca de carnero y la chicha de pira se consumen sin medida.
Murió Catalina Huanca en los tiempos del Virrey Marqués de Guadalcázar, de cerca de 90 años de edad y fue llorada por grandes y pequeños.
Doña Catalina pasaba 4 meses del año en su casa solariega de San Jerónimo, y al regresar a Lima lo hacia en una litera de plata y escoltada por trescientos Indios. Por supuesto que en todos los villorrios y caseríos de tránsito, era esperada con grandes festejos. Los naturales del país la trataban con las consideraciones debidas a una reina o dama de mucho cascavel, y aún los españoles la atributaban respetuoso homenaje.
Verdades que la codicia de los conquistadores estaba interesada en tratar con diferencia a la casica, que anualmente al regresar de su paseo a la sierra, traía a Lima (¡Y no es chirigota!) Cincuenta acémilas cargadas de oro y plata ¿ De dónde sacaba Doña Catalina esa riqueza? ¿ Era el tributo que le pagaban los administradores de sus minas y demás propiedades? ¿Era acaso parte de un tesoro que durante siglos, y de padres a hijos, habían ido acumulando sus antecesores? Esa última era la general creencia.
Cura de San Jerónimo, por los años de 1642, era un Fraile Dominico muy celoso del bien de sus feligreses, a los que cuidaba así en la salud del alma como en la del cuerpo. Desmintiendo el refrán el abad de la que canta, yanta, el buen párroco de San Jerónimo jamás utilizó a nadie para el pago de diezmos y primicias, ni cobró pitanza por entierro o casamiento, ni recurrió a tanta y tanta socaliña de frecuente uso entre los que tienen cura de almas a quienes esquilmar como el pastor a los carneros.
¡Cuándo yo digo que su paternidad era avis rara!
Con tal evangélica conducta entendido se está que el padre cura andaría siempre escaso de maravedises y mendigando bodigos, sin que la estrechez en que vivían le quitara un adarme de buen humor ni un minuto de sueño. Pero llegó día en que, por primera vez, envidiara el fausto que rodeaba a los demás curas, sus vecinos. Por esto, se dijo, sin duda, lo de:
Fue el caso que, por un oficio del cabildo eclesiástico, se le anunciaba que el ilustrísimo señor arzobispo Don Pedro Villagómez acabava de nombrar un delegado o visitador de la diósesis.
Y como acontese siempre en idéntico caso, los curas se prepararon para hechar la casa por la ventana, a fin de agasajar al visitador y su comitiva. Y los días volaban y a nuestro vergonzante dominico le corrían letanías por el cuerpo y sudaba avellanas, cavilando en la manera de recibir dignamente la visita.
Pero, por mas que se devanaba la sesera, sacaba siempre en limpio que donde no hay harina todo es mohína, y que de los codos no salen lonjas de tocino.
Rezan el refrán que nunca falta quien dé un duro para un apuro; y, por esta vez, el hombre para el caso fue aquel en quien menos pudo pensar el cura; como si dijéramos, el último triunfo de la varaja humana, que por tal a sido siempre tenido el prójimo que ejerce los oficios desacristan y campanero de parroquia.
Era lo de San Jerónimo un indio que apenas podía llevar a cuestas el peso de su partida de bautismo, arrugado como pasa, nada aleluyado y que apestaba a miseria a través de sus harapos. Hízose en breve cargo de la congoja y aprenzos del buen Dominico, y una noche, después del toque de queda y cubre fuego, acercose a él y le dijo:
–Taita Cura, no te aflijas. Déjate vendar los ojos y ven conmigo, que yo te llevaré a donde encuentres mas plata que la que necesitas.
Al principio pensó el reverendo que su sacristán había empinado el codo más de lo que razonable Pero tal fue el empeño del indio y tales su seriedad y a plomo, que terminó el cura por recordar el refrán – del viejo, el consejo, y del rico, el remedio –y por dejarse poner un pañisuelo sobre los ojos, coger su bastón y apoyado en el brazo del campanero, echarse a andar por el pueblo.
Los vecinos de san Jerónimo entonces, como hoy, se entregaban a Morfeo a la misma hora en que lo hacen las gallinas, así es que el pueblo estaba desierto como un cementerio y más oscuro que una madriguera. No había, pues, que temer importuno encuentro, ni menos aun miradas curiosas.
El sacristán, después de las marchas y contra marchas necesarias para que el cura perdiera la pista, dio en una puerta tres golpesitos cabalísticos, abrieron, penetro con el dominico en un patio. Allí se repitió lo de las vueltas, hasta que empezaron a descender escalones que condicionan a un subterráneo.
El indio separo la venda de los ojos del cura, diciéndole :
–Taita, mira y coge lo que necesites
El dominico se quedo alejado y como quien ve visiones; y a permitírselo sus achaques, hábito y canas, se habría, cuando volvió en si de la sorpresa, echado a hacer zapatetas y a cantar Uno, dos, tres y cuatro,Cinco, seis, siete, en mi vida he tenido gusto como éste.
Hallábase en una basta galería alumbrada por hachones de resina sujetos a los pilatras. Vio ídolos de oro colocados sobre andamios de plata, y barra de este reluciente metal profusamente esparcidas por el suelo.
¡Pimpinela! ¡Aquel tesoro era para poder volver loco al Padre Santo de Roma!
Una semana después llegaba a San Jerónimo el visitador, acompañado de un clérigo secretario y de varios monagos.
Aunque el propósito de su señoría era perder pocas horas en esa parroquía, tuvo que permanecer tres días, tales fueron los agasajos de que se vio colmado. Hubo toros, comilonas, danzas y demás festejos de estílos; pero todo con un boato y esplendidez que dejó maravillados a los feligreses.
¿De dónde su pastor, cuyos emolumentos apenas alcanzaban para un puchero, había sacado para tanta bambolla?. Aquello era de hacer perder su latín al más despierto.
Pero desde que continuó viaje el visitador, el cura de San Jerónimo, antes alegre, expansivo y afectuoso, empezó a perder carnes como si lo chuparan brujas y a ensimismarse y pronunciar frases sin sentido claro, como quién tiene el caletre fuera de su caja.
Llamó también y mucho la tensión y fue motivo de cuchicheo al calor de la lumbre para las comadres del pueblo, que desde ese día no se volvió al sacristán ni vivo ni pintado, ni a tener noticia de él, como si la tierra se lo hubiera tragado.
La verdad que en el espíritu del buen religioso habíanse despertado ciertos escrúpulos, a los que daban mayor pábulo la repentina desaparición del sacristán. Entre ceja y ceja clavósele al cura la idea de que el indio había sido el demonio en carne y hueso, por ende regalo del infierno el oro y plata gastados en obsequiar al visitador y su comitiva.
¡ Digo, si su paternidad tenía motivo, y gordo, para perder la chaveta!
Y a tal punto llegó a su preocupación y tanto melancolizósele el ánimo, que se encaprichó en morirse, y a la postre le cantaron gori-gori.
En el archivo de los frailes de Ocopa hay una declaración que presto el moribundo sobre los tesoros que el diablo le hizo ver. El maldito lo había tentado por la vanidad y la codicia.
Existe en San Jerónimo la casa de Catalina Huanca. El pueblo cree a pie juntillas que en ellla deben estar escondidas, en un subterráneo, las fabulosas riquezas de la cacica, y aun en nuestro tiempo se ha hecho excavaciones para impedir que las barras se pudran o crie moho en el encierro.
1. GENERALIDADES
Un problema que se plantea al momento de estudiar la literatura del antiguo Perú es la falta de fuentes escritas directas que nos permitan, con toda seguridad, apreciar las diferentes manifestaciones literarias que cultivaron los antiguos peruanos. Sólo sabemos de esta literatura gracias a los testimonios recogidos por los cronistas en la época de la conquista, entre ellos Pedro Cieza de León, Sarmiento de Gamboa, Francisco de Ávila, Juan Santa Cruz Pachacuti y, sobre todo, el Inca Garcilaso de la Vega.
Otro problema que se presenta es determinar, en forma, clara los conceptos de:
- Literatura Prehispánica,
- Literatura Incaica y
- Literatura Quechua.
Cuando hablamos de Literatura Prehispánica, nos referimos a aquellas manifestaciones literarias que se desarrollan en nuestro territorio hasta antes de la llegada de los españoles. Esta literatura comprende tanto la Literatura Preincaica como la Incaica.
Literatura Incaica es aquella literatura que se desarrolla en el periodo de tiempo en que florece el Imperio Incaico (1440 - 1532). La literatura anterior a este periodo forma parte de la Literatura Preincaica, dentro de ella ubicaríamos, por ejemplo, la Leyenda de Naylamp, que explica el origen de la Cultura Chimú.
Finalmente, la Literatura Quechua es aquella literatura compuesta en lengua quechua, es decir "runa-simi" (la lengua de la gente común), sin importar la época en la que se desarrolle. Así tenemos: Literatura Quechua en el tiempo de los incas, Literatura Quechua en la colonia, Literatura Quechua republicana y Literatura Quechua en nuestra época contemporánea.
Establecidos así los conceptos, pasemos a hacer un breve estudio sobre la literatura que se desarrolló en tiempos de los incas.
LITERATURA INCAICA
1. DEFINICIÓN
Se denomina Literatura Incaica al conjunto de manifestaciones literarias que se desarrollan en el antiguo Perú, durante la vigencia del Tahuantinsuyo, hasta antes de la llegada de los españoles. Esta literatura expresa el modo de vida y la cosmovisión que tenía el hombre andino. Cronológicamente, se ubica entre los siglos XV y XVI (1440 - 1532).
2. CARACTERÍSTICAS
- Es una literatura oral que se trasmitió de generación en generación hasta que fue trasladada a la escritura.
- Es anónima: se desconocen los autores de esta literatura.
- Es colectivista: se cultivaba de manera grupal.
- Es agrarista: los temas y personajes están vinculados al campo, a la naturaleza y la agricultura.
- Es animista: concibe a la naturaleza como un ser viviente en el que cada componente tiene un espíritu y en el que el hombre sólo es un elemento más.
- Es musical: concibe música, poesía y danza como una sola actividad.
- Es clasista; existieron dos tipos de literatura: literatura oficial o cortesana y literatura popular.
3. CLASES
a) Literatura Oficial o Cortesana. Fue cultivada por los amautas. Tuvo un carácter religioso y solemne.
Dentro de este tipo de literatura, se ubican los grandes mitos y leyendas incaicas que intentan explicar el origen del universo y la fundación del Cusco. Además tenemos los hayllis sagrados y los ayataquis.
b) Literatura Popular. Fue cultivada por los haravicus. Tuvo un carácter amoroso y agrarista. Dentro de la literatura popular, encontramos los harawis, los huacan-taquis, los aymorays, los urpis y los cacharparis.
4. GÉNEROS LITERARIOS
En realidad es inadecuado hablar de "géneros", en el sentido clásico del término, cuando nos referimos a la literatura prehispánica americana, debido a que esta cultura aborigen se desarrolla completamente ajena de las clasificaciones occidentales; sin embargo, por cuestiones metodológicas, se suele clasificar en géneros a la producción literaria autóctona por semejanzas temáticas y estructurales. Así, tenemos:
A. La Épica Incaica
Se compone de mitos y leyendas, en los que desfilan deidades creadoras y transformadoras, así como hombres excepcionales que configuran las distintas civilizaciones que ocuparon esta parte del mundo antes de la llegada de la civilización occidental. Los mitos y leyendas del antiguo Perú estuvieron orientados a dar explicación de acontecimientos históricos que fundamentaban el nacimiento de un nuevo pueblo o cultura y el surgimiento de ciertas deidades a quienes se consagraba la adoración.
Según Tamayo Vargas, podemos clasificar los mitos y leyendas en dos grandes grupos:
a.1 Mitos y leyendas serranos
- La Leyenda de Manco Capac y Mama Ocllo:
Recogida por el cronista mestizo Inca Garcilaso de la Vega en la cual se explica la fundación del Cusco a través de la historia de una pareja: Manco Capac y Mama Ocllo, salidos del Lago Titicaca y enviados por el dios Sol, con la finalidad de fundar una ciudad que será el centro del gran Imperio Incaico. El Sol le entrega a Manco Capac una barreta de oro y le indica que donde se hundiera la barreta sería el lugar propicio para fundar el Cusco. Después de caminar cuarenta días, la barreta se hunde en el cerro Huanacaure y es allí donde se funda la mencionada ciudad.
- La Leyenda de los hermanos Ayar:
Recogida por el cronista español Juan de Betanzos y llamada también Mito de Pacaritampu. En esta leyenda, se presenta la historia de cuatro hermanos: Ayar Manco, Ayar Cachi, Ayar Uchu y Ayar Auca, que salen del cerro Tamputoco, cerro Pacaritampu o cerro de Las Cuatro Ventanas, acompañados de sus respectivas mujeres. Son enviados por el dios Sol con la finalidad de fundar el Cusco. Finalmente, los hermanos se van relegando y sólo Ayar Manco llega a fundar el Cusco.
a.2 Mitos y leyendas costeños:
- El mito de Wiracocha: Explica el origen del universo por parte de esta deidad suprema, que en un primer inicio tuvo su adoración en la costa y posteriormente fue trasladada a la sierra. Para los incas, Wiracocha era el dios Creador y por lo tanto la deidad suprema.
- El mito de kon: Para los antiguos peruanos, el dios kon era una deidad destructora. Este dios encargó destruir todo lo existente en la costa peruana, de allí que esta región de nuestro país sea tan árida y desértica.
- El mito de Pachacámac: Este mito intenta explicar la reforestación y reverdecimiento de la costa, después de la destrucción del dios Kom; es por ello que para los antiguos pobladores de la costa, Pachacamac era el dios de la fertilidad.
- El mito de Vichama: Este es un mito que explica el origen de los frutos de la costa peruana a través de la destrucción de un recién nacido y cuyos miembros fueron convertidos en algún fruto.
B. La Lírica Incaica
La lírica está íntimamente ligada con la música y también se divide entre la poesía que cultiva la nobleza y la que cultiva el pueblo en sus fiestas mayoritariamente agrícolas. Cada tipo de actividad tiene una forma específica de canto lírico. Tenemos las siguientes especies:
b.1 Haylli: Canto de triunfo y entusiasmo de origen cortesano. Se clasifica por temas religioso, heroico y agrícola. Ejemplo:
Haylli Sagrado
Tijsi Wiracocha
Tijsi Wiracocha,
túkuy rúraj,
súnqoy tutallapi
qori ráuraj.
Kusi ñawillay kin
paqarichun,
qoñi samayñiykin
wayrarichum.
Khúyak makillaykin
masttakuchun
wiñay atiykiykin
tikakuchun.
Tijsi Wiracocha
Dios, origen del universo,
creador de todo
oro que arde tan sólo entre la noche
del corazón.
Que alegría de tus ojos
venga en el alba,
que el calor de tu aliento
venga en el viento.
Que tu mano magnánima
siempre se extienda
y que tu sempiterna voluntad
sea la única que florezca
b.2 Harawi: Canto lírico de tema sentimental, amoroso, melancólico. Ejemplos :
HARAWI I
Morena mía,
morena,
tierno manjar, sonrisa
del agua,
tu corazón no sabe
de penas
y no saben de lágrimas tus ojos.
Porque eres la mujer más bella,
porque eres reina mía,
porque eres mi princesa,
dejo que el agua del amor
me arrastre en su corriente,
dejo que la tormenta
de la pasión me empuje
allí donde he de ver la manta
que ciñe tus hombros
y la saya resuelta
que a tus muslos se abraza.
Cuando es día, ya no puede
llegar la noche;
de noche el sueño me abandona
y la aurora no llega.
Tú reina mía,
señora mía,
¿ya no querrás
pensar en mí
cuando león y zorro vengan a
devorarme en esta cárcel,
ni cuando sepas que condenado
estoy
a no salir de aquí, señora mía?
HARAWI II
Hermosa flor eres tú,
punzante espina soy yo.
Tú eres ventura hecha vida
pesar que cunde soy yo.
Tú eres virginal paloma,
odiosa mosca soy yo.
Luna de nieve eres tú,
noche de pena soy yo.
Tú árbol frutecido,
carcomido tronco yo.
Tú eres mi sol, mi sol eres,
noche de pesar soy yo.
Tú eres vida de mi vida,
eres amor de mi amor.
Alfombra a tus pies tendida
seré eternamente yo.
Blanco helecho que despliega
su traje de verde nuevo;
vestida de blanco eres
la estrella de mi mañana.
Blanca nube, la más leve,
clara fuente de agua pura,
tú eres mi dulce engaño,
yo seré tu oscura sombra.
b.3 Aya Taqui: Canto fúnebre que lamenta la pérdida de un personaje importante de la sociedad incaica.
Ejemplo:
Apu Inca Atahualpa
Chullmi chullmi qori wantu
kkirauniyki,
Tuky ima qiri puytu
rakki rakki
Huj makipi ñakkay qotu
ttipi ttipi,
tunki tunki yuyay manaspa
sapallayku,
mana llathuyoq rikukuspa
waqasqayku,
mana pi mayman kutistispa
musphaskayku.
A tinqachu sunqoolayki,
apu inka,
kanaykuta chinkay chaki
mana kuska
¿Chiqe chiqe ujpa makinpi
sarachasqa?
Ñujñu wácchij ñawillaykita
kicharímuy,
ancha qókoq makillaykita
masttarímuy,
chay samiwan kallpanchasqata
ripuy ní way
Gran Inca Atahualpa
El límpido resplandeciente trono de
oro,
Y tu cuna;
los vasos de oro, todo,
se repartieron.
Bajo extraño imperio, aglomerados
los martirios y destruidos;
perplejos, extraviados, negada la
memoria,
solos;
muerta la sombra que protege;
lloramos;
sin tener a quien o donde volver,
estamos delirando.
¿Soportara tu corazón,
Inca,
nuestra errabunda vida
dispersada,
por el peligro sin cuento cercada, en
manos ajenas pisoteada?
Tus ojos que como flechas de
ventura herían ábrelos:
tus magnánimas manos
extiéndelas;
y con esa visión fortalecidos
despídenos.
b.4 Cacharpari: Canto de la despedida
I
¿Cierto es, paloma mía
que te has de ir
a una país muy lejano
para no retornar?
¿A quién has de dejar
en tu nidal,
y en mi tristeza a quién
he de acudir?
Y cuando sientas
que en el camino
te quema el sol,
se volverá nube mi aliento
y la frescura de su sombra
te irá a prestar.
Enséñame el camino
que has de tomar,
partiré antes que tú
y con mis lágrimas
he de regar la tierra
como la víbora, cruel,
¿Tendrás, para dejarme,
corazón?
y junto con el viento
a regalarte entre mis brazos
volaré.
En fuerte nudo nuestras vidas
atamos ya,
para que ni la muerte nos pudiera
separar.
Creíamos que por siempre
formaríamos un solo ser.
Paloma mía, que sabías
mi dolor ahuyentar,
II
El sol se apaga
ya para mí,
porque mi amada para siempre
se va,
ya nadie siente por mí un poco
de piedad.
Eras muy tierna aún,
paloma mía,
aquella vez
que al descubrirte quedé ciego
como si hubiese contemplado
de frente al sol.
Como estrellas caudales
me inundaron tus ojos
de su esplendor
y cual centellas en la noche
me hicieron mi camino
torcer.
Me prestaré el poder
de las alas del águila
para irte a ver
doquiera me halle mientras viva
serás tu
la única aurora que ilumine
mi corazón.
Cuando se encienda el Misti
piensa en mí, porque yo
siempre estaré, pensando en ti,
¿Por tu amor, hasta dónde
ya habrá llegado mi viudo
corazón?
b.5 Huacan - Taqui: Poema que le canta al ganado.
Oh eres tan blanca como la nieve
que hice pacer en la pradera,
cuando tierna llevé en mis brazos
cuando crecida seguí de cerca.
De la divisa de bella cinta
multicolor será para ella,
que sus pendientes sean borlas,
de ambas orejas cual delantera.
DRAMÁTICA QUECHUA COLONIAL
El teatro durante la época prehispánica fue el género menos desarrollado. Se tiene apenas referencias de fragmentos recogidos por diversos cronistas y versiones españolizadas de la época colonial. Entre éstas destaca sin duda El Ollantay, otros textos de origen prehispánico, pero con tratamiento hispano son El Llamallama, El Usca Páucar, etc.
En todo caso, el teatro quechua dada su precariedad ha sobrevivido a través de las danzas que hasta hoy se cultivan y que incorporan escenificaciones agrarias o guerreras.
"EL OLLANTAY"
I. TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN DEL OLLANTAY
1.1 Teoría Incaística o Prehispánica
Esta teoría es sostenida por Juan Von Tschudi, Clemente Markham y Sebastián Barranca. Arguyen estos autores que el drama fue concebido y compuesto en la época prehispánica, sin ningún tipo de influencia española.
Prueba de ello es que tanto el tema como los personajes pertenecen a la época incaica y que la lectura del drama no nos permite observar ningún elemento español.
1.2 Teoría Hispanística o Colonial
Teoría sustentada por Marcelino Menéndez y Pelayo y Bartolomé Mitre. Señalan ambos escritores que el drama fue creado en la época colonial, siguiendo los modelos del teatro español de la Edad de Oro. De allí que el drama se divida en tres actos (como los dramas españoles) y observemos la presencia del personaje gracioso (creación del dramaturgo español Lope de Vega).
1.3 Teoría Ecléctica o Intermedia
Esta teoría es sostenida por José de la Riva-Agüero y por Luis Alberto Sánchez. Sostienen estos autores que, si bien es cierto el drama fue creado en la colonia, éste se basó en una versión rudimentaria del incanato. Lo que ahora conocemos como "El Ollantay" es la reactualización colonial de un drama prehispánico.
"EL OLLANTAY"
CUADRO II
Pachacútec Oh, nobles, ha llegado el tiempo propicio para que el ejército salga con dirección al Collasuyo, pues Chayanta está listo para caer sobre nosotros.
Ollantay Pero, ¿cómo se han de sostener esos combates? El Cusco y sus montañas se arrojarán sobre ello. Ochenta mil soldados, atentos al sonido del huáncar y el pututo, los aguardarán. En cuanto a mí, tengo apercibidas las armas.
Pachacútec No es bueno precipitarse, Ollantay. Trataremos primero de persuadirlos. No olvides que entre ellos hay muchos que aman demasiado su sangre.
Ollantay Chayanta ha tomado precauciones que denuncian naturaleza pusilánime. No ha querido salir mientras los caminos no se hallaran despejados. Ya que somos muchos los que queremos destruirlos, déjanos partir.
Pachacútec Si tan débil se revela el enemigo, ¿por qué comportarse cómo si se tratara de una feroz serpiente? No; primero los atraeréis con dulzura, sin derramar inútil sangre, sin dar muerte a nadie.
Ollantay Si así lo ordenas, así se cumplirá.
Pachacútec Id entonces.
Ollantay (Vacilante). Todo está dispuesto, señor, pero mi pecho tiembla atormentado por una tenaz obsesión.
Pachacútec Pídeme, Ollantay, el símbolo de la realeza y te lo daré.
Ollantay (Mirando significativamente a Rumí Ñahui). Quisiera hablarte a solas.
Pachacútec (Dirigiéndose a Rumí Ñahui). Valiente general de Hanansuyo, ve a tu palacio y regresa cuando te llame.
Rumí Ñahui Tu voluntad será la mía, señor. (sale)
Ollantay (Cuando Rumí Ñahui ha desaparecido, respetuoso y digno). Desde mi infancia, poderoso Inca, en la guerra te he acompañado procurando para ti la victoria. He puesto mi valor a tu servicio y te he brindado mi fortaleza para que impongas tu poder a cientos de pueblos. Por ti he dado mi sangre y mi sagacidad ha servicio de sojuzgar a tus enemigos. He sido el terror de los extranjeros y cuando sobre de ellos caí, fue como una maza de bronce.
¿Dónde ha estado Ollantay que la vida de tus adversarios que no haya sido segada? ¿A quién no ha impuesto tu nombre? He humillado a tus pies a los antis, siervos ahora de tu palacio. He vencido a los Chancas aniquilándolos sin piedad. He conquistado a Huancalhuillca poniéndola derrotada a tus plantas. ¿Dónde no ha sido Ollantay el primero en combatir? Empleando ya la persuasión, ya el rigor, consumiendo las energías y exponiendo la vida, he acrecentado tus dominios con numerosos pueblos...
Pachacútec ¿No te he premiado, Ollantay, por todo ello?
Ollantay Sí padre mío. Me has concedido esta maza y este escudo, y me has sacado de mi condición de hombre común. Tú me has hecho general de los antis y me has dado el mando de cincuenta mil guerreros. Me inclino a tus pies, señor, como tu siervo que soy, para pedirte en mérito de todo lo que te he ofrecido, que me asciendas...
Pachacútec Di lo que quieres
Ollantay Señor, concédame a Cusi Coyllur...
Pachacútec (Sereno y enérgico). ¡Ollantay, tan sólo eres hombre!
Ollantay Señor...
Pachacútec Recuerda quién has sido. Miras demasiado alto.
Ollantay Con Cusi Coyllur como luz te adoraré hasta la muerte.
Pachacútec Pero, ¿estás en tu juicio?
Ollantay ¡Quítame de una vez la vida, si me la niegas, que es como arrancarme los ojos de la cara!
Pachacútec ¡No eres tú el que puede elegir entre la vida y la muerte! ¡Sal de mi presencia! ¡Sal!.
LITERATURA DE LA CONQUISTA
I. GENERALIDADES
El proceso de invasión europea violenta a partir del siglo XVI significó en el aspecto cultural también una imposición de la literatura y el arte occidentales; sin embargo, a pesar de todo esfuerzo por suprimir cualquier manifestación artística, la cultura autóctona se ha mantenido hasta el presente aunque se haya valido para ello de fenómenos socioculturales como el sincretismo, por ejemplo; de modo que, aunque influido notoriamente por elementos occidentales en la actualidad podemos encontrar relatos orales que siguen circulando en el mundo andino, así como fábulas, mitos y leyendas.
En el proceso de conquista propiamente dicho, las primeras manifestaciones literarias que trajeron los españoles fueron, en la lírica, las coplas de marinero, de fuerte contenido soez, debido a que como resulta obvio, los primeros europeos que llegaron en las expediciones conquistadoras no eran precisamente gente instruida. Por otro lado, en la prosa, llegaron, confundidos entre sacerdotes (con objetivos catequizadores) y soldados (con ansias de riqueza rápida, poder y fama), gente de mediana o aceptable educación que se dedicó a registrar todos los sucesos de la conquista en la mayoría de los casos con un pretendido y muy publicitado verismo que difícilmente fue tal, ya que siempre escribieron desde su visión del "otro" con respecto de una civilización que no pudieron ni quisieron comprender cabalmente debido al prejuicio religioso que les aseguraba una misión "civilizadora". Estos registros fueron las crónicas que luego serían también realizadas por mestizos e indígenas.
II. LAS CRÓNICAS
Las crónicas son documentos en las que los conquistadores plasmaron los hechos de la conquista y parte de la historia del antiguo Perú. Las crónicas tienen un doble valor: histórico y literario. Valor histórico porque recogen parte de nuestro pasado, y literario porque son las primeras muestras escritas de la literatura peruana. La palabra "crónica" proviene de "cronos", que en tiempos de la antigua Grecia era el dios del tiempo. Las crónicas tienen su origen en la Edad Media española, por el afán que tuvieron los reyes de conservar en la memoria los acontecimientos de su reinado. Cuando los españoles llegan a nuestro continente introducen las crónicas con el objetivo de plasmar en ellas sus primeras impresiones del nuevo mundo que van recorriendo.
III. LOS CRONISTAS
Fueron los encargados de escribir las crónicas y para ello tuvieron finalidades e intereses diversos; así como también grados diferentes de instrucción. A partir de esto, se puede proponer distintos criterios para clasificarlos. En este caso, optaremos por el criterio más natural y simple: sus orígenes.
FELIPE GUAMÁN POMA DE AYALA
(Ayacucho, 1534? - 1615?)
1. El principal cronista indígena del Perú.
2. En sus textos, él mismo se presenta como cacique e intérprete entre españoles e indios.
3. Su identidad verdadera es materia de investigación hasta el presente, pues se sabe que su nombre conocido es un seudónimo.
4. Además de sus narraciones en un castellano rústico y que en gran parte se ve mezclado con variantes distintas de quechua y aymara, además de otras variantes lingüísticas, destaca la serie de dibujos que se encuentran ordenados temáticamente de acuerdo con el desarrollo del texto. Estos dibujos constituyen "el primer documento gráfico de la historia del Perú.
OBRA
1. Se tiene noticias de Guamán Poma a partir del hallazgo de su crónica en 1908 en Dinamarca.
2. El destinatario de su crónica es el rey de España, ante cuya majestad se reconoce y somete.
3. La primera parte, La nueva corónica, es una historia del Tahuantinsuyo que se inicia con la creación del mundo por Dios y culmina con la conquista española y las guerras civiles. En su visión, el imperio incaico fue ilegítimo y tiránico y la llegada de los españoles marcó el fin de las herejías por traer el mensaje de Cristo.
4. La segunda parte, El buen gobierno, desarrolla el régimen colonial con abundantes descripciones del modo de vida de los indios y sus costumbres.
5. Su visión del mundo es aristocrática y reclama el retorno del poder a las castas nobles de los caciques (a la que él mismo pertenecía), mas no a la de los incas. Incluso llega a proponerse a sí mismo como gobernador - supervisor del Perú.
EL INCA GARCILASO DE LA VEGA
(Cuzco, 1539 - Córdoba, 1616)
1. Hijo del capitán español Garcilaso de la Vega Vargas y la princesa indígena Isabel Chimpu Occllo, sobrina de Huayna Capaq.
2. Creció en el Cusco hasta 1560. Allí vivió su infancia y mocedad, entre las sangrientas guerras civiles. Se nutrió por la línea materna de tradiciones indígenas del imperio ya fenecido.
3. Gozó de privilegios de la aristocracia cusqueña a la cual perteneció. Su padre se preocupó por educarle en la cultura clásica y lo bautizó cristiano con el nombre de Gómez Suárez de Figueroa.
4. En España, sufrió discriminación por su origen indiano. Fue soldado del ejército de su majestad y participó en múltiples campañas, siendo la más importante la batalla de las Alpujarras. Llegó a ostentar el grado de capitán.
5. Retirado del ejército, se refugió en Montilla y en la tranquilidad de la vida conventual redactó sus crónicas y traducciones.
6. Falleció en Córdova, el 23 de abril de 1616.
OBRA
* 1590 : Traducción de Los diálogos de amor de León el Hebreo (Madrid)
* 1596 : Relación sobre la descendencia de Garcí Pérez de Vargas
* 1605 : La Florida del Inca.
Tiene como motivo la expedición española, encabezada por don Hernando de Soto, a la Florida
norteamericana en busca de la fuente de la eterna juventud.
* 1609 : Comentarios reales de los Incas
Narra en forma idílica los hechos del imperio fenecido. Organización política, económica, social, etc.
* 1617 : Historia general del Perú (edición póstuma) (2da parte de los Comentarios Reales)
Narra los hechos de la conquista española hasta las guerras civiles entre pizarristas y almagristas.
Muestra una visión conciliadora desde una perspectiva netamente cristiana.
LECTURA
SI HAY MUCHOS MUNDOS. TRATA DE LAS CINCO ZONAS FRAGMENTO DE LOS COMENTARIOS REALES DE LOS INCAS (INCA GARCILASO DE LA VEGA)
Habiendo de tratar del Nuevo Mundo, o de la mejor y más principal parte suya, que son los reinos y provincias del imperio llamado Perú, de cuyas antiguallas y origen de su reyes pretendemos escribir, parece que fuera justo, conforme a la común costumbre de los escritores, tratar aquí al principio si el mundo es uno solo, o si hay muchos mundos, si es llano o redondo, y si también lo es el cielo redondo o llano. Si es habitable toda la tierra o no, más de las Zonas templadas: si hay paso de la una templada a la otra; si hay antípodas y cuáles son; de las cuales y otras cosas semejantes los antiguos filósofos muy larga y curiosamente trataron, y los modernos no dejan de platicar y escribir, siguiendo cada cual la opinión que más le agrada. Mas porque no es aqueste mi principal intento, ni las fuerzas de un indio pueden presumir tanto; y también porque la experiencia, después que se descubrió lo que llaman Nuevo Mundo, nos ha desengañado de la mayor parte de estas dudas, pasaremos brevemente por ellas por ir a otra parte, a cuyos términos finales temo no llegar; mas, confiado en la infinita misericordia, digo que a lo mejor se podrá afirmar que no hay más que un mundo, y aunque llamamos Mundo Viejo y Mundo Nuevo es por haberse descubierto éste nuevamente para nosotros, y no porque sean dos, sino todo uno. Y a los que todavía imaginaren que hay muchos mundos, no hay para qué responderles, sino que se estén en sus heréticas imaginaciones hasta que el infierno les desengañe dellas. Y a los que dudan, si hay alguno que lo dude, si es llano o redondo, se podrá satisfacer con el testimonio de los que han dado vuelta a todo él, o a la mayor parte, como los de la Nao Victoria, y otros que después acá le han rodeado. Y a lo del cielo, si también es llano o redondo, se podrá responder con las palabras del real profeta: Extendens coelum sicut pellem, en las cuales no quiso mostrar la forma y hechura de la obra, dando la una por ejemplo de la otra, diciendo: que extendiese el cielo así como la piel, esto es, cubriendo con el cielo este gran cuerpo de los cuatro elementos en redondo, así como cubriste con la piel en redondo el cuerpo del animal: no solamente lo principal dél; mas que afirman que de las cinco partes del mundo que llaman Zona no son habitables más de las dos templadas, y que la del medio, por su excesivo calor, y las dos de los cabos, por el demasiado frío son inhabitables, y que de la una Zona habitable no se puede pasar a la otra habitable, por el calor demasiado que hay en medio, puedo afirmar, demás de lo que todos saben, que yo nací en la Tórrida Zona, que es en el Cozco, y me crié en ella hasta los veinte años, y he estado en la otra Zona Templada, de la otra parte del Trópico de Capricornio, a la parte del Sur, en los últimos términos de los Charcas, que son los Chichas; y para venir a estotra templada de la parte del Norte, donde escribo esto, pasé por la Tórrida Zona y la atravesé toda, y estuve tres días naturales debajo de la línea equinoccial, donde dicen que pasa perpendicularmente, que es en el cabo de Pasau; por todo lo cual digo que es habitable la Tórrida también como las templadas. De las Zonas frías quisiera poder decir, por vista de ojos, como de las otras tres: remítome a los que saben dellas más que yo. A lo que dicen que por su mucha frialdad son inhabitables, osaré decir con los que tienen lo contrario que también son habitables como las demás; porque en buena consideración no es de imaginar, cuanto más de creer, que partes tan grandes del mundo las hiciese Dios inútiles, habiéndolo criado todo para que lo habitasen los hombres; y que se engañan los antiguos en lo que dicen de las Zonas frías, también como se engañaron en lo que dijeron de la Tórrida, que era inhabitable por su mucho calor. Antes se debe creer que el Señor, como padre sabio y poderoso, y la naturaleza como madre universal y piadosa, hubiesen remediado los inconvenientes de la frialdad con templanza de calor, como remediaron el demasiado calor de la Tórrida Zona con tantas nieves, fuentes, ríos y lagos como en el Perú se hallan, que la hacen templada de tanta variedad de temples; unas que declinan a calor, y a más calor, hasta llegar a regiones tan bajas, y por ende tan calientes, que por su mucho son casi inhabitables, como dijeron los antiguos della. Otras regiones que declinan a frío, y más frío, hasta subir a partes tan altas, que también llegan a ser inhabitables, por la mucha frialdad de la nieve perpetua que sobre sí tienen, en contra de lo que de esta Tórrida Zona los filósofos dijeron, que no imaginaron jamás que en ella pudiese haber nieve, habiéndola perpetua debajo de la misma línea equinoccial, sin menguar jamás, ni mucho, ni poco, a lo menos en la Cordillera grande, si no es en las faldas o puertos della. Y es de saber que en la Tórrida Zona, en lo que della alcanza el Perú, no consiste el calor ni el frío en distancia de regiones, ni en estar más lejos ni más cerca de la equinoccial, sino en estar
más alto o más bajo en una misma región, y en muy poca distancia de tierra, como adelante se dirá más largo. Digo, pues, que a esta semejanza se puede creer que también las zonas frías están templadas y están habitables, como lo dicen muchos graves autores, aunque no por vista vista y experiencia, pero basta haberlo dado a entender asimismo Dios cuando crió al hombre y le dijo: «Creced y multiplicad, y henchid la tierra y sojuzgadla»: por donde se ve que es habitable, porque si no lo fuera, ni se podría sojuzgar, ni llenar de habitaciones. Yo espero en su omnipotencia que a su tiempo descubrirá estos secretos (como descubrió el Nuevo Mundo) para mayor confusión y afrenta de los atrevidos que con sus filosofías naturales y entendimientos humanos quieren tasar la potencia y sabiduría de Dios, que no pueda hacer sus obras más de como ellos las imaginan, habiendo tanta disparidad de un saber al otro cuanta hay de los finito a lo infinito, etc.
Los Tesoros de Catalina Huanca LEYENDA PREHISPÁNICA
Los Huancas o indígenas del valle del Mantaro continúa a principios de siglo XI, una tribu independiente y belicosa, a la que el Inca Pachacútec logró, después de fatigosa campaña someter a su imperio, aunque reconociendo por cacique a Oto Apu-Alaya y declarándole el derecho de transmitir título y mando a sus descendientes.
Prisionero Atahualpa, envió Pizarro fuerzas al riñón del país, y el cacique de Huancayo fue de los primeros en reconocer el nuevo orden de gobierno, a trueque de que respetasen sus antiguos privilegios. Pizarro que, a pesar de los pesares, fue sagas político, aprecio la conveniencia del pacto; y para más halagar al cacique e inspirarle mayor confianza, se unió a él por un vínculo sagrado, llevando a la pila bautismal, en calidad de padrino, a Catalina Apu-Alaya, heredera del titulo y dominio.
El pueblo de San Jerónimo, situado a tres leguas castellanas de Huancayo y a tres kilómetros del convento de Ocopa, era por entonces cabeza del cacicazgo.
Catalina Huanca, como generalmente es llamada la protagonista de esta leyenda, fue mujer de gran devoción y caridad.
Calcúlase en cien mil pesos ensayados el valor de los azulejos y maderas que obsequió para la fabrica de la iglesia y convento de San Francisco; y asociada al arzobispado Loayza y al obispo de la plata Fray Domingo de Santo Tomás, edificó el hospital de Santa Ana. En una de las salas de este santo asilo contemplase el retrato de Doña Catalina, obra de pincel churrigueresco.
Para sostenimiento del hospital dio, además, la casita fincas y terrenos de que era en Lima poseedora. Su caridad para con los pobres, a los que socorría con esplendidez, se hizo proverbial.
En la real caja de censos de Lima estableció una fundación cuyo producto debía emplearse en pagar parte de la contribución correspondiente a los indígenas de San Jerónimo, Mito, Orcotuna, Concepción, Sincos, Chupaca y Sicaya pueblecitos inmediatos a la capital del cacicazgo.
Ella fue también la que implantó en esos siete pueblos la costumbre, que aún subsiste, de que todos los ciegos de esa jurisdicción se congreguen en la festividad anual del patrón titular de cada pueblo y sean vestidos y alimentados a expensas del mayordomo, en cuya casa se les proporcionen, además alojamiento. Como es sabido, en los lugares de la sierra esa fiesta dura de 8 a 15 dias, tiempo en que los ciegos disfrutan de festines, en los que la pachamanca de carnero y la chicha de pira se consumen sin medida.
Murió Catalina Huanca en los tiempos del Virrey Marqués de Guadalcázar, de cerca de 90 años de edad y fue llorada por grandes y pequeños.
Doña Catalina pasaba 4 meses del año en su casa solariega de San Jerónimo, y al regresar a Lima lo hacia en una litera de plata y escoltada por trescientos Indios. Por supuesto que en todos los villorrios y caseríos de tránsito, era esperada con grandes festejos. Los naturales del país la trataban con las consideraciones debidas a una reina o dama de mucho cascavel, y aún los españoles la atributaban respetuoso homenaje.
Verdades que la codicia de los conquistadores estaba interesada en tratar con diferencia a la casica, que anualmente al regresar de su paseo a la sierra, traía a Lima (¡Y no es chirigota!) Cincuenta acémilas cargadas de oro y plata ¿ De dónde sacaba Doña Catalina esa riqueza? ¿ Era el tributo que le pagaban los administradores de sus minas y demás propiedades? ¿Era acaso parte de un tesoro que durante siglos, y de padres a hijos, habían ido acumulando sus antecesores? Esa última era la general creencia.
II
Cura de San Jerónimo, por los años de 1642, era un Fraile Dominico muy celoso del bien de sus feligreses, a los que cuidaba así en la salud del alma como en la del cuerpo. Desmintiendo el refrán el abad de la que canta, yanta, el buen párroco de San Jerónimo jamás utilizó a nadie para el pago de diezmos y primicias, ni cobró pitanza por entierro o casamiento, ni recurrió a tanta y tanta socaliña de frecuente uso entre los que tienen cura de almas a quienes esquilmar como el pastor a los carneros.
¡Cuándo yo digo que su paternidad era avis rara!
Con tal evangélica conducta entendido se está que el padre cura andaría siempre escaso de maravedises y mendigando bodigos, sin que la estrechez en que vivían le quitara un adarme de buen humor ni un minuto de sueño. Pero llegó día en que, por primera vez, envidiara el fausto que rodeaba a los demás curas, sus vecinos. Por esto, se dijo, sin duda, lo de:
Abeja y oveja
Y parte en la igreja
Desea a su hijo la vieja
Y como acontese siempre en idéntico caso, los curas se prepararon para hechar la casa por la ventana, a fin de agasajar al visitador y su comitiva. Y los días volaban y a nuestro vergonzante dominico le corrían letanías por el cuerpo y sudaba avellanas, cavilando en la manera de recibir dignamente la visita.
Pero, por mas que se devanaba la sesera, sacaba siempre en limpio que donde no hay harina todo es mohína, y que de los codos no salen lonjas de tocino.
Rezan el refrán que nunca falta quien dé un duro para un apuro; y, por esta vez, el hombre para el caso fue aquel en quien menos pudo pensar el cura; como si dijéramos, el último triunfo de la varaja humana, que por tal a sido siempre tenido el prójimo que ejerce los oficios desacristan y campanero de parroquia.
Era lo de San Jerónimo un indio que apenas podía llevar a cuestas el peso de su partida de bautismo, arrugado como pasa, nada aleluyado y que apestaba a miseria a través de sus harapos. Hízose en breve cargo de la congoja y aprenzos del buen Dominico, y una noche, después del toque de queda y cubre fuego, acercose a él y le dijo:
–Taita Cura, no te aflijas. Déjate vendar los ojos y ven conmigo, que yo te llevaré a donde encuentres mas plata que la que necesitas.
Al principio pensó el reverendo que su sacristán había empinado el codo más de lo que razonable Pero tal fue el empeño del indio y tales su seriedad y a plomo, que terminó el cura por recordar el refrán – del viejo, el consejo, y del rico, el remedio –y por dejarse poner un pañisuelo sobre los ojos, coger su bastón y apoyado en el brazo del campanero, echarse a andar por el pueblo.
Los vecinos de san Jerónimo entonces, como hoy, se entregaban a Morfeo a la misma hora en que lo hacen las gallinas, así es que el pueblo estaba desierto como un cementerio y más oscuro que una madriguera. No había, pues, que temer importuno encuentro, ni menos aun miradas curiosas.
El sacristán, después de las marchas y contra marchas necesarias para que el cura perdiera la pista, dio en una puerta tres golpesitos cabalísticos, abrieron, penetro con el dominico en un patio. Allí se repitió lo de las vueltas, hasta que empezaron a descender escalones que condicionan a un subterráneo.
El indio separo la venda de los ojos del cura, diciéndole :
–Taita, mira y coge lo que necesites
El dominico se quedo alejado y como quien ve visiones; y a permitírselo sus achaques, hábito y canas, se habría, cuando volvió en si de la sorpresa, echado a hacer zapatetas y a cantar Uno, dos, tres y cuatro,Cinco, seis, siete, en mi vida he tenido gusto como éste.
Hallábase en una basta galería alumbrada por hachones de resina sujetos a los pilatras. Vio ídolos de oro colocados sobre andamios de plata, y barra de este reluciente metal profusamente esparcidas por el suelo.
¡Pimpinela! ¡Aquel tesoro era para poder volver loco al Padre Santo de Roma!
III
Una semana después llegaba a San Jerónimo el visitador, acompañado de un clérigo secretario y de varios monagos.
Aunque el propósito de su señoría era perder pocas horas en esa parroquía, tuvo que permanecer tres días, tales fueron los agasajos de que se vio colmado. Hubo toros, comilonas, danzas y demás festejos de estílos; pero todo con un boato y esplendidez que dejó maravillados a los feligreses.
¿De dónde su pastor, cuyos emolumentos apenas alcanzaban para un puchero, había sacado para tanta bambolla?. Aquello era de hacer perder su latín al más despierto.
Pero desde que continuó viaje el visitador, el cura de San Jerónimo, antes alegre, expansivo y afectuoso, empezó a perder carnes como si lo chuparan brujas y a ensimismarse y pronunciar frases sin sentido claro, como quién tiene el caletre fuera de su caja.
Llamó también y mucho la tensión y fue motivo de cuchicheo al calor de la lumbre para las comadres del pueblo, que desde ese día no se volvió al sacristán ni vivo ni pintado, ni a tener noticia de él, como si la tierra se lo hubiera tragado.
La verdad que en el espíritu del buen religioso habíanse despertado ciertos escrúpulos, a los que daban mayor pábulo la repentina desaparición del sacristán. Entre ceja y ceja clavósele al cura la idea de que el indio había sido el demonio en carne y hueso, por ende regalo del infierno el oro y plata gastados en obsequiar al visitador y su comitiva.
¡ Digo, si su paternidad tenía motivo, y gordo, para perder la chaveta!
Y a tal punto llegó a su preocupación y tanto melancolizósele el ánimo, que se encaprichó en morirse, y a la postre le cantaron gori-gori.
En el archivo de los frailes de Ocopa hay una declaración que presto el moribundo sobre los tesoros que el diablo le hizo ver. El maldito lo había tentado por la vanidad y la codicia.
Existe en San Jerónimo la casa de Catalina Huanca. El pueblo cree a pie juntillas que en ellla deben estar escondidas, en un subterráneo, las fabulosas riquezas de la cacica, y aun en nuestro tiempo se ha hecho excavaciones para impedir que las barras se pudran o crie moho en el encierro.
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