CAPÍTULO XVIII: DE LOS CAMELLOS, ASNOS Y CABRAS, Y SUS PRECIOS Y MUCHA CRÍA

miércoles, 5 de junio de 2013

Capítulo XVIII: De los camellos, asnos y cabras, y sus precios y mucha cría.
Tampoco hubo camellos en el Perú, y ahora los hay, aunque pocos. El primero que los llevó (y creo que después acá no se han llevado) fue Juan de Reinaga, hombre noble, natural de Bilbao, que yo conocí, capitán de infantería contra Francisco Hernández Girón y sus secuaces; y sirvió bien a Su Majestad en aquella jornada. Por seis hembras y un macho que llevó, le dio Don Pedro Portocarrero, natural de Trujillo, siete mil pesos, que son ocho mil y cuatrocientos ducados; los camellos han multiplicado poco o nada.
El primer borrico que vi fue en la jurisdicción del Cozco, año de mil y quinientos y cincuenta y siete; compróse en la ciudad de Huamanca; costó cuatrocientos y ochenta ducados de a trescientos y setenta y cinco maravedís; mandólo comprar Garcilaso de la Vega, mi señor, para criar muletos de sus yeguas. En España no valía seis ducados, porque era chiquillo y ruinejo; otro compró después Gaspar de Sotelo, hombre noble, natural de Zamora, que yo conocí, en ochocientos y cuarenta ducados. Mulas y mulos se han criado después acá muchos para las recuas y gástanse mucho, por la aspereza de los caminos.
Las cabras, a los principios, cuando las llevaron, no supe a cómo valieron; años después las vi vender a ciento y a ciento y diez ducados; pocas se vendían, y era por mucha amistad y ruegos, una o dos a cual y cual; y entre diez o doce juntaban una manadita, para traerlas juntas. Esto que he dicho fue en el Cozco, año de mil y quinientos y cuarenta y cuatro y cuarenta y cinco. Después acá han multiplicado tanto, que no hacen caso de ellas, sino para la corambre. El parir ordinario de las cabras era a tres y cuatro cabritos, como yo las vi. Un caballero me certificó que en Huánucu, donde él residía, vio parir muchas a cinco cabritos.  

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