Capítulo V: De otras muchas cosas que el nombre Huaca significa.
Esta misma dicción huaca, pronunciada la última sílaba en lo más interior de la garganta, se hace verbo: quiere decir llorar. Por lo cual dos historiadores españoles, que no supieron esta diferencia, dijeron: los indios entran llorando y guayando en sus templos a sus sacrificios, que huaca eso quiere decir. Habiendo tanta diferencia de este significado llorar a los otros, y siendo el uno verbo y el otro nombre, verdad es que la diferente significación consiste solamente en la diferente pronunciación, sin mudar letra ni acento, que la última sílaba de la una dicción se pronuncia en lo alto del paladar y la de la otra en lo interior de la garganta. De la cual pronunciación y de todas las demás que aquel lenguaje tiene, no hacen caso alguno los españoles, por curiosos que sean (con importarles tanto el saberlas), porque no las tiene el lenguaje español. Veráse el descuido de ellos por lo que me pasó con un religioso dominico que en el Perú había sido cuatro años catedrático de la lengua general de aquel Imperio, el cual, por saber que yo era natural de aquella tierra, me comunicó y yo le visité muchas veces en San Pablo de Córdoba. Acaeció que un día, hablando de aquel lenguaje y de las muchas y diferentes significaciones que unos mismos vocablos tienen, di por ejemplo este nombre Pacha, que, pronunciado llanamente, como suenan las letras españolas, quiere decir mundo universo, y también significa el cielo y la tierra y el infierno y cualquiera suelo. Dijo entonces el fraile: "Pues también significa ropa de vestir y de ajuar y muebles de casa". Yo dije: "Es verdad, pero dígame Vuestra Paternidad ¿qué diferencia hay en la pronunciación para que signifique eso?". Díjome: "No la sé". Respondile: "¿Habiendo sido maestro en la lengua ignora esto? Pues sepa que para que signifique ajuar o ropa de vestir han de pronunciar la primera sílaba apretando los labios y rompiéndolos con el aire de la voz, de manera que suene el romperlos". Y le mostré la pronunciación de este nombre y de otros viva voce, que de otra manera no se puede enseñar. De lo cual el catedrático y los demás religiosos que se hallaron a la plática se admiraron mucho. En lo que se ha dicho se ve largamente cuánto ignoran los españoles los secretos de aquella lengua, pues este religioso, con haber sido maestro de ella, no los sabía, por do vienen a escribir muchos yerros, interpretándola mal, como decir que los Incas y sus vasallos adoraban por dioses todas aquellas cosas que llaman huaca, no sabiendo las diversas significaciones que tiene. Y esto baste de la idolatría y dioses de los Incas. En la cual idolatría y en la que antes de ellos hubo, son mucho de estimar aquellos indios, así los de la segunda edad como los de la primera, que en tanta diversidad y tanta burlería de dioses como tuvieron no adoraron los deleites ni los vicios, como los de la antigua gentilidad del mundo viejo, que adoraban a los que ellos confesaban por adúlteros, homicidas, borrachos, y sobre todo al Príapo, con ser gente que presumía tanto de sus letras y saber, y esta otra tan ajena de toda buena enseñanza.
El ídolo Tangatanga, que un autor dice que adoraban en Chuquisaca y que los indios decían que en uno eran tres y en tres uno, yo no tuve noticia de tal ídolo, ni en el general lenguaje del Perú hay tal dicción. Quizá es del particular lenguaje de aquella provincia, la cual está ciento y ochenta leguas del Cozco. Sospecho que el nombre está corrupto porque los españoles corrompen todos los más que toman en la boca, y que ha de decir Acatanca: quiere decir escarabajo, nombre con mucha propiedad compuesto de este nombre aca, que es estiércol, y de este verbo tanta (pronunciada la última sílaba en lo interior de la garganta), que es empujar. Acatanca quiere decir el que empuja el estiércol.
Que en Chuquisaca, en aquella primera edad y antigua gentilidad, antes del Imperio de los Reyes Incas, lo adorasen por dios, no me espantaría, porque, como queda dicho, entonces adoraban otras cosas tan viles; mas no después de los Incas, que las prohibieron todas. Que digan los indios que en uno eran tres y en tres uno, es invención nueva de ellos, que la han hecho después que han oído la Trinidad y unidad del verdadero Dios Nuestro Señor, para adular a los españoles con decirles que también ellos tenían algunas cosas semejantes a las de nuestra santa religión, como ésta y la Trinidad que el mismo autor dice que daban al Sol y al rayo, y que tenían confesores y que confesaban sus pecados como los cristianos. Todo lo cual es inventado por los indios con pretensión de que siquiera por semejanza se les haga alguna cortesía. Esto afirmo como indio, que conozco la natural condición de los indios. Y digo que no tuvieron ídolos con nombre de Trinidad, y aunque el general lenguaje del Perú, por ser tan corto de vocablos, comprende en junto con sólo un vocablo tres y cuatro cosas diferentes, como el nombre illapa, que comprende el relámpago, trueno y rayo, y este nombre maqui, que es mano, comprende la mano y la tabla del brazo y el molledo: lo mismo es del nombre chaqui, que, pronunciado llanamente, como letras castellanas, quiere decir pie, comprende el pie y la pierna y el muslo, y por el semejante otros muchos nombres que pudiéramos traer a cuenta; mas no por eso adoraron ídolos con nombre de Trinidad, ni tuvieron tal nombre en su lenguaje, como adelante veremos. Si el demonio pretendía hacerse adorar debajo de tal nombre, no me espantaré, que todo lo podía con aquellos infieles idólatras, tan alejados de la cristiana verdad. Yo cuento llanamente lo que entonces tuvieron aquellos gentiles en su vana religión. Decimos también que el mismo nombre chaqui, pronunciada la primera sílaba en lo alto del paladar, se hace verbo y significa haber sed o estar seco o enjugarse cualquiera cosa mojada, que también son tres significaciones en una palabra.
Esta misma dicción huaca, pronunciada la última sílaba en lo más interior de la garganta, se hace verbo: quiere decir llorar. Por lo cual dos historiadores españoles, que no supieron esta diferencia, dijeron: los indios entran llorando y guayando en sus templos a sus sacrificios, que huaca eso quiere decir. Habiendo tanta diferencia de este significado llorar a los otros, y siendo el uno verbo y el otro nombre, verdad es que la diferente significación consiste solamente en la diferente pronunciación, sin mudar letra ni acento, que la última sílaba de la una dicción se pronuncia en lo alto del paladar y la de la otra en lo interior de la garganta. De la cual pronunciación y de todas las demás que aquel lenguaje tiene, no hacen caso alguno los españoles, por curiosos que sean (con importarles tanto el saberlas), porque no las tiene el lenguaje español. Veráse el descuido de ellos por lo que me pasó con un religioso dominico que en el Perú había sido cuatro años catedrático de la lengua general de aquel Imperio, el cual, por saber que yo era natural de aquella tierra, me comunicó y yo le visité muchas veces en San Pablo de Córdoba. Acaeció que un día, hablando de aquel lenguaje y de las muchas y diferentes significaciones que unos mismos vocablos tienen, di por ejemplo este nombre Pacha, que, pronunciado llanamente, como suenan las letras españolas, quiere decir mundo universo, y también significa el cielo y la tierra y el infierno y cualquiera suelo. Dijo entonces el fraile: "Pues también significa ropa de vestir y de ajuar y muebles de casa". Yo dije: "Es verdad, pero dígame Vuestra Paternidad ¿qué diferencia hay en la pronunciación para que signifique eso?". Díjome: "No la sé". Respondile: "¿Habiendo sido maestro en la lengua ignora esto? Pues sepa que para que signifique ajuar o ropa de vestir han de pronunciar la primera sílaba apretando los labios y rompiéndolos con el aire de la voz, de manera que suene el romperlos". Y le mostré la pronunciación de este nombre y de otros viva voce, que de otra manera no se puede enseñar. De lo cual el catedrático y los demás religiosos que se hallaron a la plática se admiraron mucho. En lo que se ha dicho se ve largamente cuánto ignoran los españoles los secretos de aquella lengua, pues este religioso, con haber sido maestro de ella, no los sabía, por do vienen a escribir muchos yerros, interpretándola mal, como decir que los Incas y sus vasallos adoraban por dioses todas aquellas cosas que llaman huaca, no sabiendo las diversas significaciones que tiene. Y esto baste de la idolatría y dioses de los Incas. En la cual idolatría y en la que antes de ellos hubo, son mucho de estimar aquellos indios, así los de la segunda edad como los de la primera, que en tanta diversidad y tanta burlería de dioses como tuvieron no adoraron los deleites ni los vicios, como los de la antigua gentilidad del mundo viejo, que adoraban a los que ellos confesaban por adúlteros, homicidas, borrachos, y sobre todo al Príapo, con ser gente que presumía tanto de sus letras y saber, y esta otra tan ajena de toda buena enseñanza.
El ídolo Tangatanga, que un autor dice que adoraban en Chuquisaca y que los indios decían que en uno eran tres y en tres uno, yo no tuve noticia de tal ídolo, ni en el general lenguaje del Perú hay tal dicción. Quizá es del particular lenguaje de aquella provincia, la cual está ciento y ochenta leguas del Cozco. Sospecho que el nombre está corrupto porque los españoles corrompen todos los más que toman en la boca, y que ha de decir Acatanca: quiere decir escarabajo, nombre con mucha propiedad compuesto de este nombre aca, que es estiércol, y de este verbo tanta (pronunciada la última sílaba en lo interior de la garganta), que es empujar. Acatanca quiere decir el que empuja el estiércol.
Que en Chuquisaca, en aquella primera edad y antigua gentilidad, antes del Imperio de los Reyes Incas, lo adorasen por dios, no me espantaría, porque, como queda dicho, entonces adoraban otras cosas tan viles; mas no después de los Incas, que las prohibieron todas. Que digan los indios que en uno eran tres y en tres uno, es invención nueva de ellos, que la han hecho después que han oído la Trinidad y unidad del verdadero Dios Nuestro Señor, para adular a los españoles con decirles que también ellos tenían algunas cosas semejantes a las de nuestra santa religión, como ésta y la Trinidad que el mismo autor dice que daban al Sol y al rayo, y que tenían confesores y que confesaban sus pecados como los cristianos. Todo lo cual es inventado por los indios con pretensión de que siquiera por semejanza se les haga alguna cortesía. Esto afirmo como indio, que conozco la natural condición de los indios. Y digo que no tuvieron ídolos con nombre de Trinidad, y aunque el general lenguaje del Perú, por ser tan corto de vocablos, comprende en junto con sólo un vocablo tres y cuatro cosas diferentes, como el nombre illapa, que comprende el relámpago, trueno y rayo, y este nombre maqui, que es mano, comprende la mano y la tabla del brazo y el molledo: lo mismo es del nombre chaqui, que, pronunciado llanamente, como letras castellanas, quiere decir pie, comprende el pie y la pierna y el muslo, y por el semejante otros muchos nombres que pudiéramos traer a cuenta; mas no por eso adoraron ídolos con nombre de Trinidad, ni tuvieron tal nombre en su lenguaje, como adelante veremos. Si el demonio pretendía hacerse adorar debajo de tal nombre, no me espantaré, que todo lo podía con aquellos infieles idólatras, tan alejados de la cristiana verdad. Yo cuento llanamente lo que entonces tuvieron aquellos gentiles en su vana religión. Decimos también que el mismo nombre chaqui, pronunciada la primera sílaba en lo alto del paladar, se hace verbo y significa haber sed o estar seco o enjugarse cualquiera cosa mojada, que también son tres significaciones en una palabra.
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